E. Jentsch destacó, como caso por excelencia de lo siniestro, la duda de que un ser aparentemente animado, sea en efecto viviente; y a la inversa: de que un objeto sin vida esté en alguna forma animado, aduciendo con tal fin, la impresión que despiertan las figuras de cera, las muñecas sabias y los autómatas […] tales fenómenos evocarían en nosotros vagas nociones de procesos automáticos, mecánicos, que podrían ocultarse bajo el cuadro habitual de nuestra vida”
Sigmund Freud, Lo Siniestro (1919)
En una entrevista para el diario El País, Mario Klingemann se pregunta: “¿por qué querría la máquina hacer arte? Hay una gran diferencia entre humanos y máquinas, y es que los humanos mueren. Y esa perspectiva nos induce a hacer cosas que tengan un sentido, mientras que la máquina no tiene esa motivación”.
Podríamos afirmar que la invención de la fotografía, al igual que la inteligencia artificial, provocó en la sociedad del momento todo tipo de reacciones. Si bien la mayoría de ellas eran de curiosidad, hubo muchas voces que se alzaron en contra de este descubrimiento, pues veían en ella una suerte macabra y burda que ponía en peligro las denominadas “Bellas Artes”.
Hippolyte Bayard (1801-1887) es considerado uno de los padres de la fotografía, junto a Nièpce, Daguerre y Talbot, por sus investigaciones en la fijación de las imágenes. Durante años, trató de que el gobierno francés comprara o subvencionara su proyecto en la misma medida que había hecho con el daguerrotipo. Desencantado, escribió una carta de queja a éste en 1840 acompañada de una fotografía en la que él mismo aparece muerto, ahogado, en la que se considera la primera instantánea “falsa” o escenificada de la Historia.
A través de una orden proporcionada a DALL-E 2 – una de las inteligencias artificiales más populares en desarrollo de creación de imágenes a partir de una descripción de las mismas – genero 50 imágenes consecutivas emulando el autorretrato construido de Bayard. Posteriormente, materializo la obra creando un falso negativo que impresiono sobre cristal y positivo mediante una de las técnicas empleadas por este fotógrafo, el papel salado.
La pieza final L ́Homme Noyé es una serie fotográfica en la que comparten protagonismo el negativo y su correspondiente positivo con objeto de reflexionar sobre lo “fake”, la creatividad, la belleza y lo “siniestro”, que según Sigmund Freud es aquello que nos es familiar y ajeno al mismo tiempo.
¿Quién es el verdadero autor de estas obras en las que el azar de la máquina creada por el hombre desarrolla una aleatoriedad tan oscura como en ocasiones hermosa?